Las técnicas y métodos para corregir o mejorar la visión por parte de la humanidad se han dado desde el principio de los tiempos, pero solamente desde finales del siglo XIX empezó a plantearse la posibilidad de dar una solución por las vías quirúrgicas, a las problemáticas visuales y poder prescindir de los lentes o de cualquier herramienta óptica que nos ayudara a corregir lo que vemos.
En 1896, se publicó el primer estudio con bases teóricas de la operación de la miopía cuyo autor fue el oftalmólogo holandés Leendert Jans Lans y en 1930 fue realizada la primera operación de miopía dirigida por los profesores japoneses T. Sato y K. Akiyam con incisiones perforantes que lograron aplanar el centro de la córnea de unos pilotos de guerra.
No fue sino hasta 1988 cuando llegó la primera cirugía láser de miopía gracias a una técnica llamada PRK (Queratectomía fotorefractiva), en donde se utilizan gotas de anestésico y se aplica impactos de láser excimer sobre el espesor corneal después de retirar el epitelio.
Dos años después aparece la técnica LASIK, una mejora significativa respecto a la PRK, con resultados más precisos, un postoperatorio menos doloroso y con una recuperación mucho más rápida, lo que representó un gran avance y los casos de éxito de pacientes curados en la actualidad se cuentan por decenas de millones en todo el mundo.
Este procedimiento consiste en levantar un fino lentículo o flap, para después aplicar el láser que se encarga de moldear la córnea, posteriormente el lentículo es nuevamente cerrado e integrado a la superficie de la córnea, ayudando a una cicatrización eficiente y sin molestias.
En 2002 aparece el LASIK personalizado, una técnica mucho más avanzada producto de los avances tecnológicos, que permite corregir las aberraciones de alto orden y entrega una mejor calidad de visión, especialmente a la hora de observar lugares oscuros sin tener que sufrir por los reflejos nocturnos.
Desde entonces, gracias al LASIK, el abanico de opciones quirúrgicas para corregir defectos refractivos se ha desplegado en una enorme cantidad y son cada vez más las personas que solicitan los servicios para abandonar tanto las gafas como los lentes de contacto.
Aparte del tradicional láser Excimer, existe el femtosegundo, otro láser que sirve para crear lentículos y permite realizar aplicaciones seguras en córneas muy planas, curvas o delgadas, que con la sola aplicación del LASIK sería imposible realizarlas sin causar daños.
Los expertos consideran que el 80 % del éxito de estas cirugías se tiene que proveer de un buen diagnóstico y una correcta indicación, por lo cual es fundamental el análisis preoperatorio y se deben tomar una serie de medidas por parte de los pacientes durante un buen tiempo antes de la operación, para que el examen preoperatorio lance el diagnóstico más real posible.
Los pacientes a los que más se les aplica el láser son los que sufren de miopía, aunque también son corregibles para la gente que sufren de hipermetropía y astigmatismo. Los principales candidatos al LASIK deben ser personas que hayan presentado un error refractivo que implique el uso de gafas o lentes de contacto de graduación con una estabilidad mínima de 12 meses.
No aplican menores de 18 años
No aplican menores de 18 años debido a que los errores refractivos no suelen estabilizarse antes de la edad adulta, tampoco son aptas las mujeres embarazadas ya que los cambios hormonales que se asocian al embarazo afectan la agudeza visual y finalmente no es recomendable que sean sometidas pacientes enfermos de diabetes o con padecimiento de artritis aunque ello no impide que puedan consultar previamente con un especialista.
Este artículo es meramente informativo e invita a los lectores a consultar con su oftalmólogo de confianza, para que se les realice el diagnóstico correspondiente y los pasos a seguir.
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